DELTA VARIANTE EXPUESTO

La histeria de la variante DELTA expone la verdad aleccionadora: las vacunas de Covid no funcionan, y las "variantes" se impulsan como historias de miedo para exigir más vacunas, mandatos de enmascaramiento y cierres destructivos. Ahora hemos llegado a un punto de inflexión sorprendente en el impulso mundial de vacunaciones masivas que inyectan a las personas armas biológicas de proteínas de pico. Una nueva investigación encuentra que los individuos “completamente vacunados” están sufriendo una tasa de mortalidad ocho veces mayor que los no vacunados. Y un informe sorprendente del Reino Unido encuentra que el 62% de los que mueren de covid son personas que han sido vacunadas. Resulta que la vacuna covid no funciona realmente. Más específicamente, no proporciona inmunidad inespecífica a variaciones incluso leves en la morfología del coronavirus. Si bien la inmunidad natural produce anticuerpos más "generales" que funcionan contra todo tipo de variantes, la vacuna covid, que consiste en armas biológicas de proteína de punta que se inyectan en conejillos de indias humanos como parte de un experimento médico global, proporciona poca o ninguna inmunidad contra las variantes virales (incluso asumiendo que funciona contra la cepa original, lo cual es un gran salto). Las implicaciones de esto son profundas. Significa que las personas que han elegido la ruta de la vacuna en lugar de la ruta de inmunidad natural dependerán para siempre de las inyecciones de "refuerzo" para tratar de abordar cada nueva variante a medida que aparecen mutaciones en la naturaleza. Esto significa inyecciones repetidas con más armas biológicas, y significa que las vacunas covid que se promovieron originalmente como un camino hacia la "libertad" y la inmunidad no son tal cosa. Es más como una adicción a la aguja, porque necesita inyecciones interminables solo para mantenerse actualizado, ya que los virus mutan constantemente en la naturaleza. Mientras que una persona con inmunidad natural ha logrado la verdadera libertad con un sistema inmunológico en pleno funcionamiento, una persona dependiente de la vacuna no tiene protecciones generales y debe vivir con el temor constante de que una nueva mutación de repente haga que sus anticuerpos limitados existentes queden completamente obsoletos. Sin embargo, los pasaportes de las vacunas se entregan a los vacunados, los más vulnerables, no a aquellos que han logrado una inmunidad natural mucho más poderosa. Esta es solo una de las muchas formas en que toda la respuesta plandemia está diseñada para continuar propagando las infecciones, de modo que los encierros, los mandatos de enmascaramiento y los mandatos de vacunas puedan ser justificados alegremente por burócratas borrachos de poder y tiranos médicos (como Fauci).