Los observadores de las civilizaciones perdidas. Testimonio de un cura llamado Elias Ashworth.

Un cura llamado Elias Ashworth describió las paredes de la nave alienígena como hechas de un material oscuro y reluciente, estaban adornadas con intrincados relieves que parecían contar historias de civilizaciones desconocidas. Enormes arcos se alzaban hacia techos que desaparecían en la lejanía, como si el espacio dentro de la nave no tuviera fin.
Dentro de esta nave observé enormes ángeles como figuras imponentes, con piel de un negro profundo que parecía absorber la luz, ojos brillantes como estrellas lejanas, y movimientos que parecían flotar en lugar de caminar.

En un pequeño pueblo de Inglaterra en el siglo XVI, un cura llamado Elias Ashworth, conocido por su fervor y dedicación a la fe, dejó un testimonio que desconcertaría tanto a los clérigos como a los eruditos de su tiempo. En sus manuscritos, encontrados años después de su muerte, narraba una serie de sueños vívidos en los que aseguraba haber sido llevado por "ángeles de colores negros" a un lugar que, según él, era su mundo.