El regreso del rey, La Iglesia en los Últimos Días Cómo la conoceremos Padre Henry James Coleridge

8 months ago
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La Iglesia en los Últimos Días – Parte II: ¿Cómo la conoceremos?
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Pruebas internas.
Ahora bien, hermanos míos, seguramente es cierto decir que las evidencias [que hemos considerado en la parte anterior ], aunque son las más poderosas y convincentes, y aunque son las pruebas designadas, en muchos aspectos, de la misión Divina de la Iglesia católica, siguen siendo en su mayoría exteriores. Son evidencias que pueden ser captadas por quienes están fuera de la Iglesia misma y, de hecho, vemos constantemente que, como acabo de decir, son reconocidas como más convincentes incluso por aquellos que no se convierten por ellas.

No es para despreciar estas pruebas de la Iglesia que decimos que hay evidencias de otro tipo que se dirigen más a aquellos que están dentro del catolicismo que a aquellos que están fuera. Tales son las pruebas de las que se alimenta la devoción, una vez realizada la conversión, que son el deleite y el apoyo de quienes no necesitan pruebas externas.

Es muy natural que encontremos a los Apóstoles hablando de la existencia de tales evidencias a sus conversos, porque en los inicios de la Iglesia, si bien no faltaban pruebas de su divinidad, similares a las que daban los milagros, por el cumplimiento de la profecía y cosas similares, todavía las evidencias de las grandes Notas de la Iglesia, por las cuales ahora probamos que ella es lo que afirma que es, no podrían, en la naturaleza de las cosas, existir o ser reconocidas en su plenitud.

Seguramente, si creemos que el Espíritu Santo de Dios es derramado en nuestros corazones, es natural suponer también que Él hará sentir Su presencia de alguna manera secreta pero muy convincente. ¿Recuerdas lo que los hombres de esa ciudad samaritana le dijeron a la mujer que les había informado por primera vez acerca de nuestro Señor y su conversación con ella: "Ahora creemos, no por tu palabra, porque nosotros mismos le hemos oído, y sabemos que ésta es verdaderamente la verdad?". Salvador del mundo”. [1]

No inmanencia vital, sino confirmación del testimonio externo.

y más adelante dice:

Vea con qué confianza apela San Juan a este tipo de evidencia en su Epístola a sus propios hijos espirituales, entre los cuales había algunos seductores que intentaban pervertirlos:

“Estas cosas os he escrito acerca de los que os seducen. Y vosotros, la unción que de Él habéis recibido, permanezca en vosotros. Y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe, sino como su unción os enseña todas las cosas, y es verdad y no mentira, y como ella os ha enseñado, permaneced en él”. [2]

Este es el lenguaje de quien puede confiar en aquellos a quienes les habla, porque puede contar con la obra del Espíritu Santo de Dios en sus almas. Y me parece confirmado por el lenguaje de nuestro Señor mismo en el pasaje del que está tomado el texto, donde nos dice que se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, “tanto que engañar (si es posible) incluso a los elegidos”.

“Si es posible”, dice, y con eso da a entender que no es posible que los elegidos sean engañados. Todas las señales y prodigios falsos serán evidencias externas, mediante las cuales a los maestros de la falsedad se les permitirá, en ese día oscuro, parodiar las evidencias externas de la Iglesia Católica mediante lo que parecen ser prodigios similares obrados a favor de sus propios intereses, errores. Pero los elegidos de Dios, los fieles y verdaderos seguidores de la Iglesia, estarán protegidos contra la trampa por un doble escudo, además de la evidencia de las grandes notas mundiales .

En primer lugar tendrán el escudo de la profecía. Porque todas estas seducciones están predichas por nuestro Señor, y por eso no pueden dañar a quienes las conocen de antemano y están dispuestos a esperarlas; y éste, además de las notas de la Iglesia, será, por así decirlo, el escudo exterior de los elegidos.

Y en segundo lugar estarán protegidos por esa unción interior de la que habla San Juan, por la luz y el fuego y la fragancia y el instinto del Espíritu Santo en sus corazones, por lo que estarán tan unidos a nuestro Señor como para poder descubrirlo y aferrarse a Él, incluso cuando el mundo está nublado por las tinieblas del mal, y soportar todas las contradicciones de la última persecución, como dice San Pablo de Moisés, “viendo al invisible”. [3]

La primacía permanente de la enseñanza de la Iglesia sobre las inspiraciones.

Para seguir leyendo en breve aquí el link al PDF.

Formación y Defensa de la Fe Católica y del Papado hasta S.S.Pío XII.
Idioma Español.
Sede Vacante NO MOVIMIENTOS TRADICIONALISTAS ni Sedevacantistas.
El Novus Ordo y las Sectas Sedevacantistas NO SON CATÓLICAS, son herejes, cismáticas y apóstatas.
Bettina Galo

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