Las cuatro herejías fundamentales de Bergoglio

6 months ago
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Bergoglio es culpable de proferir herejías en cuatro áreas básicas.
La primera área es proclamar la falsa misericordia.
En las Escrituras, recibir la misericordia de Dios siempre está vinculado al arrepentimiento. Esto se expresa en la parábola del hijo pródigo. La proclamación de la falsa misericordia, sin embargo, elimina esta condición para la salvación, es decir, el arrepentimiento. Jesús nos exhorta: «Si no os arrepentís, todos pereceréis» (Lc 13, 3).
Bergoglio predica herejías y se aprovecha de la autoridad papal usurpada para enseñarlas públicamente. Comete este crimen a sabiendas y voluntariamente. Exige la imitación, es decir, el poner en práctica de sus herejías. Se apoya en un sistema de mentiras que es muy eficaz. Esto se debe a que se compone de verdades muy vívidas y transmitidas con sensibilidad que tocan el corazón. Por ejemplo, explica que Jesús es misericordioso y perdonador y, por tanto, el diablo es impotente contra un pecador arrepentido. Un pecador arrepentido, sin embargo, también tiene un deseo sincero de romper con el pecado. Pero esto es lo que Bergoglio ni quiere ni permite. Por eso el término «contrición» y otros términos bíblicos son solamente frases manipuladoras en su boca. Entonces no es el diablo, sino el Jesús perdonador quien es impotente porque el pecador no acepta el perdón; lo rechaza. Esto se debe a que Bergoglio enseña a no considerar el pecado como pecado, sino a persistir en él. Embota la conciencia de los sodomitas con frases como «Dios te ama tal como eres, así que ámate a ti mismo». De este modo, les impide arrepentirse para salvación.
El сatecismo del cardenal checoslovaco Frantisek Tomasek de 1955 enumera los pecados contra el Espíritu Santo:
El primero es: confianza presuntuosa en la misericordia divina. Bergoglio asegura deliberada y unilateralmente a los pecadores la misericordia de Dios para que no se aparten del pecado, sino que tengan ―como dice san Basilio― más valor para pecar, ya que no se debe proclamar la verdad sobre la condenación eterna. Bergoglio mantiene a los pecadores en el camino de la perdición haciendo intencionadamente demasiado hincapié en la misericordia de Dios.
El segundo pecado contra el Espíritu Santo figura en el catecismo como: la impugnación de la verdad cristiana conocida. Bergoglio, entre otras cosas, impugna la verdad sobre la sodomía, que está claramente condenada en la Sagrada Escritura como un pecado abominable que hace caer fuego del cielo.
Otro pecado contra el Espíritu Santo enumerado en el catecismo es: la obstinación del corazón hasta la muerte. Al introducir la bendición de las uniones homosexuales y enfatizar la «fidelidad» en la relación pecaminosa que él llama «amor», Bergoglio crea las condiciones para que los pecadores permanezcan obstinados en este pecado hasta la muerte. Al hacerlo, Bergoglio no solo comete pecados contra el Espíritu Santo él mismo, sino que también enseña a otros a cometerlos y crea las condiciones para estos pecados.
La segunda área en la que Bergoglio es culpable de herejía es la legalización eclesiástica de la homosexualidad.
Respondió a la pregunta sobre la homosexualidad con otra pregunta: «¿Quién soy yo...?». De este modo, en realidad, dio la respuesta de que es un hereje manifiesto. Si fuera cristiano, y más aún si realmente fuera el papa, estaría obligado a llamar claramente al pecado de la homosexualidad pecado y mostrar al pecador la necesidad del arrepentimiento salvador. Pero él, como hereje manifiesto, ha perseguido el objetivo de derogar la ley de Dios y legalizar el pecado.
Hace tiempo que se excomulgó a sí mismo por una herejía flagrante, que ahora se ha manifestado plenamente en su camino sinodal LGTBQ, y por lo tanto no puede ser la cabeza de la Iglesia. Esta verdad la subraya san Belarmino y otros doctores y padres de la Iglesia, basándose en la esencia misma de las enseñanzas de Cristo. Bergoglio ha promovido abiertamente la sodomía con palabras, gestos y acciones en toda ocasión desde que ocupó el más alto cargo eclesiástico. No permitió que los obispos de Estados Unidos abordaran el problema de la sodomía en 2018 cuando se lo pidieron. Destituyó al cardenal Müller como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe porque el cardenal se negó a defender injustamente a un homosexual. Despidió a otro prefecto de la Congregación y a su secretario porque emitieron un comunicado según el cual la Iglesia no podía bendecir el pecado de la homosexualidad. Él mismo besó de manera ostentosa los pies a un transexual en el marco de la celebración del Jueves Santo. El lavatorio de pies está asociado con la última cena. Jesús no lavó los pies a los enemigos de la Iglesia, ni a las mujeres, ni a los transexuales, sino a sus apóstoles elegidos. Con este gesto, Bergoglio reveló quiénes son sus apóstoles pro-LGTBQ.
Ha abusado de la autoridad papal para sancionar de facto el transexualismo junto con el delito de reasignación de género. Además, Bergoglio no solo lavó los pies, sino que incluso los besó, lo que es un acto de latría, es decir, veneración que se tributa solo a Dios. Con este gesto, abrió la puerta a demonios LGTBQ inmundos y cometió idolatría. Escudándose en la autoridad papal, recibió otro dios para la Iglesia y luego se entregó ostentosamente a Satanás en Canadá. Esto sucedió en 2022, ya en el período del camino sinodal. De esta manera estableció un modelo para todos los católicos del camino de la apostasía de Cristo.
En cuanto a la pureza moral, recordemos las palabras de Jesús: «Habéis oído que se dijo: “No cometerás adulterio”. Pero yo os digo que todo el que mire a una mujer para codiciarla, ya cometió adulterio con ella en su corazón. Si tu ojo derecho te es ocasión de pecar, arráncalo y échalo de ti; porque te es mejor que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno…» (Mt 5, 27-29).
Si el mandamiento «no cometerás adulterio» debe ser tratado con tal radicalismo, ¿qué podemos decir de la sodomía pervertida o de todo el camino sinodal LGTBQ? Recordemos al menos que la Palabra de Dios advierte claramente que el castigo por este pecado es tanto fuego temporal (2 P 2, 6) como fuego eterno (Judas 1, 7).
Las frases del Sínodo de que el Espíritu Santo les ha revelado ahora que la sodomía ya no es pecado, son una mentira diabólica y una blasfemia contra el Espíritu Santo. Esta mentira no se la reveló el Espíritu Santo, sino el espíritu del diablo, un espíritu inmundo.
La tercera área son las herejías contra la Eucaristía.
El propósito de recibir el Cuerpo y la Sangre de Cristo es fortalecerse en la lucha contra el pecado, no endurecerse en el pecado. Bergoglio ordena que reciban la Eucaristía personas sin confesión, sin contrición y sin ninguna voluntad de reconocer y arrepentirse del pecado, es decir, las personas LGTBQ. Esto es una incitación pública al sacrilegio. Las Escrituras advierten claramente que tal persona come y bebe juicio para sí (1 Co 11, 29).
Además, en el documento final del Sínodo sobre la Amazonía, Bergoglio introduce ritos paganos y el espíritu pagano directamente en la liturgia. Es un montón de herejías contra la Eucaristía. El cardenal Brandmüller dijo que no se trataba solo de herejías, sino de franca estupidez.
Al impulsar la pseudopandemia, Bergoglio ordenó a los sacerdotes que usaran guantes de goma cuando sostuvieran la Eucaristía. La promoción de la ordenación de mujeres como diaconisas y, consecuentemente, como sacerdotisas y obispas, conduce también a la degradación del Santísimo Sacramento y del sacramento del orden sagrado.
La cuarta área son los pecados contra el primer mandamiento.
Además de las herejías relacionadas con verdades dogmáticas en el ámbito de la fe, Bergoglio también comete idolatría pública. Participó activamente en un ritual pagano en los Jardines del Vaticano con magos y brujas. Luego entronizó solemnemente al demonio Pachamama en la basílica de San Pedro. El pináculo de su idolatría fue una consagración pública a Satanás bajo la guía de un chamán en Canadá. Estas son herejías manifiestas. Con este espíritu, Bergoglio propugna el diálogo interreligioso, que también es una herejía flagrante.
La declaración herética que Bergoglio firmó en Abu Dabi contiene la herejía de que la pluralidad de religiones es la voluntad de Dios, en otras palabras, que el culto pagano a los demonios es supuestamente la voluntad de Dios. Esta posición obviamente herética destruye la verdadera misión y convierte a los misioneros en meros trabajadores culturales y sociales.
Dios castiga la idolatría hasta la tercera y cuarta generación (Dt 5, 9). Los idólatras no tendrán parte en el reino de Dios (1 Co 6, 9; 1 Tm 1, 10; Ap 21, 8).
Hemos señalado cuatro áreas básicas de las herejías de Bergoglio. Está meridianamente claro que Bergoglio es un hereje múltiple y manifiesto que abusa del papado para hacer proliferar herejías dentro de la Iglesia. La única solución es que los obispos y sacerdotes se separen de él porque él y su secta no abandonarán voluntariamente los cargos eclesiásticos ocupados. ¡El mayor obstáculo para el paso salvador, es decir, para la separación del hereje, es la herejía suicida de la papolatría!

+ Elías
Patriarca del Patriarcado católico bizantino

+ Metodio OSBMr + Timoteo OSBMr
obispos secretarios

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