Quien no crece, No hereda

La herencia es para los crecidos. Dice Gálatas 4:1 “Pero también digo: Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere del esclavo, aunque es señor de todo.”
La heredad se disfruta cuando se crece.
La norma en la vida cristiana es crecimiento. Acomodarse a la niñez espiritual es renunciar a las riquezas que nuestro Padre nos ha heredado.
Pablo nos revela su ejercicio declarando: “extendiéndome a lo que está delante” Eso es proyectarme más allá de donde me encuentro hoy. Es no conformarme con lo que me rodea, Es creer que la promesa de Dios me pertenece. Aprópiese de su herencia, Crezca.

Por el pastor Díaz-Pabón, editor general de la Biblia del Pescador

VIVA LA BIBLIA 22072 Quien no crece, No hereda