Thomas Sowell - Opiniones versus hechos

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OPINIONES VERSUS HECHOS

Por Thomas Sowell
Publicado el 2 de diciembre de 2014

Todos parecen tener una opinión sobre los trágicos eventos en Ferguson, Missouri. Pero, como solía decir Daniel Patrick Moynihan: "Tienes derecho a tu propia opinión, pero no a tus propios hechos".

Poco después de la muerte a tiros de Michael Brown, este joven de 285 libras fue representado como un "gigante gentil". Pero, después de que se filtró un video que lo mostraba acosando al dueño de una tienda de la que había robado algunas mercancías, el fiscal general Eric Holder expresó su disgusto por la filtración del video. En otras palabras, para Holder la verdad era ofensiva, pero la mentira que exponía no lo era.

Muchas personas que afirmaron haber sido testigos oculares del tiroteo mortal dieron versiones opuestas de lo sucedido. Algunos incluso dieron relatos que contradecían lo que ellos mismos habían dicho antes.

Afortunadamente, el gran jurado no tuvo que depender de tales declaraciones, aunque algunos en los medios parecían hacerlo. Lo que tenía el gran jurado, que el resto de nosotros no teníamos hasta que se anunció la decisión del gran jurado, era un conjunto de hechos físicos que contaban una historia que era independiente de lo que cualquiera dijera.

Tres expertos médicos forenses diferentes, uno que representaba a los padres de Michael Brown, examinaron los hechos físicos. Estos hechos incluyeron los resultados de la autopsia, el ADN de Michael Brown en la puerta del coche de policía y en el arma del policía, fotografías del rostro magullado e hinchado del policía Darren Wilson y el patrón de manchas de sangre en la calle donde le dispararon a Brown.

Esta evidencia física fue difícil de cuadrar con las afirmaciones proclamadas en voz alta de que Brown recibió un disparo en la espalda, o recibió un disparo con las manos en alto, mientras intentaba rendirse. Pero era consistente con el testimonio del policía.

Además, los hechos físicos eran consistentes con lo que varios testigos negros dijeron bajo juramento, a pesar de expresar temores por su propia seguridad por contradecir lo que decían los de las turbas alborotadas.

Los disturbios, saqueos e incendios que algunos medios tratan como reacciones a la decisión del gran jurado de no acusar al policía, en realidad comenzaron mucho antes de que el gran jurado comenzara su investigación, y mucho menos anunciara una decisión.

Por qué algunas personas insisten en creer lo que quieren creer es una pregunta difícil de responder. Pero una pregunta más importante es: ¿Cuáles son las consecuencias que se esperan de una orgía de anarquía que comenzó en Ferguson, Missouri y se ha extendido por todo el país?

Las primeras víctimas de los disturbios de la mafia en Ferguson han sido personas que no tenían nada que ver con Michael Brown o la policía. Estos incluyen personas, muchos de ellos negros o miembros de otras minorías, que han visto destruidos los negocios en los que trabajaron para construir, tal vez para nunca ser revividos.

Pero estas son sólo las primeras víctimas. Si la historia de otras comunidades devastadas por disturbios en años pasados es una indicación, hay negros aún por nacer que pagarán el precio de estos disturbios en los años venideros.

A veces es un barrio en particular que nunca se recupera, y a veces es una ciudad entera. Detroit es un ejemplo clásico. Tuvo el peor motín de la década de 1960, con 43 muertos, 33 de ellos negros. Las empresas abandonaron Detroit, llevándose consigo trabajos e impuestos que eran muy necesarios para mantener la viabilidad de la ciudad. Las personas de clase media, tanto negras como blancas, también huyeron.

Harlem fue uno de los muchos guetos de todo el país que aún no se han recuperado de los disturbios de la década de 1960. En años posteriores, una sobrina mía, que había crecido en el mismo edificio de Harlem donde yo crecí años antes, se quejó amargamente de las pocas tiendas y otros negocios que había en el vecindario.

Había muchas tiendas en ese mismo barrio cuando yo era niño, así como un dentista, una farmacia y una óptica, todo a menos de una cuadra de distancia. Pero eso fue antes de que el barrio fuera arrasado por disturbios.

¿Quién se beneficia de los disturbios de Ferguson? Los mayores beneficiarios son los políticos y los demagogos raciales. En Detroit, el alcalde Coleman Young fue uno de los muchos demagogos políticos que pudieron asegurar su propia reelección, usando retórica y políticas que ahuyentaron a las personas que proporcionaban empleos e impuestos, pero que probablemente votarían en su contra si se quedaban. Tales demagogos prosperaron cuando Detroit se convirtió en un páramo.

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