Thomas Sowell - Sarampión, vacunas y autismo

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SARAMPIÓN, VACUNAS Y AUTISMO

Por Thomas Sowell
Publicado el 10 de febrero de 2015

La controversia actual sobre si se debe obligar a los padres a vacunar a sus hijos contra el sarampión es uno de los signos dolorosos de nuestro tiempo. El sarampión fue prácticamente eliminado en los Estados Unidos, hace años. ¿Por qué el resurgimiento de esta enfermedad ahora?

La respuesta corta es que las afirmaciones falsas, basadas en otras afirmaciones falsas, llevaron a muchos padres a dejar de vacunar a sus hijos contra el sarampión.

La afirmación falsa clave fue que la vacuna contra el sarampión provocó un aumento del autismo. Esta afirmación fue hecha en 1998 por un médico que escribió en una distinguida revista médica británica, por lo que es comprensible que muchos padres se lo tomaran en serio y no quisieran correr el riesgo de que su hijo se volviera autista.

Afortunadamente, otros tomaron en serio el reclamo en un sentido muy diferente. Hicieron estudios masivos que involucraron a medio millón de niños en Dinamarca y dos millones de niños en Suecia. Estos estudios mostraron que no hubo una mayor incidencia de autismo entre los niños que habían sido vacunados que entre los niños que no habían sido vacunados.

Por cierto, la "evidencia" en la que se basó la afirmación original de que las vacunas causaban autismo eran solo 12 niños. Pero la campaña para convencer al público fue una obra maestra de la propaganda.

El argumento era que las compañías farmacéuticas que producían la vacuna arriesgaban y sacrificaban cruelmente a niños indefensos en busca de ganancias. Este es el tipo de cosas dramáticas que aman los medios. A los medios nunca pareció ocurrírseles que los abogados que estaban demandando a las compañías farmacéuticas tenían un interés personal en esta historia que los medios transmitían al público.

Desafortunadamente, se necesita tiempo para realizar estudios científicos cuidadosos, que involucren a un gran número de niños en diferentes países. Eso permitió que la propaganda contra las vacunas continuara durante años. Eventualmente, sin embargo, los resultados de los estudios desacreditaron tan completamente la afirmación de que la vacuna contra el sarampión causaba autismo que la revista médica que había publicado el artículo la repudió públicamente. Al médico que escribió el artículo le revocaron la licencia.

En ese momento, sin embargo, había todo un movimiento antivacunas, y los movimientos cruzados rara vez se ven detenidos por los hechos.

Esta no fue la única afirmación falsa involucrada. Lo que hizo que esa afirmación pareciera plausible fue un aumento muy publicitado en el número de niños diagnosticados como autistas o "en el espectro del autismo".

Lo que no se publicitó tan ampliamente fue que la definición de "autismo" se había ampliado a lo largo de los años para incluir a niños que nunca habrían sido llamados autistas según los estándares establecidos cuando el autismo fue definido por su descubridor, el profesor Leo Kanner de la Universidad Médica Johns Hopkins. escuela, allá por 1943.

El profesor Kanner luchó contra la expansión de la definición de autismo pero, después de su muerte, la definición continuó ampliándose, y el número de niños que cumplían con la definición ampliada aumentó considerablemente.

Hubo incentivos financieros para esta expansión. Los niños que hablan tarde, por ejemplo, podrían obtener programas gubernamentales para pagar su tratamiento si fueran designados como autistas o en el espectro autista.

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