Thomas Sowell - El pasado y el futuro de la crisis de los refugiados

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EL PASADO Y EL FUTURO DE LA CRISIS DE LOS REFUGIADOS

Por Thomas Sowell
Publicado el 8 de septiembre de 2015

La crisis de los refugiados en Europa es una de esas tragedias humanas para las que no existen soluciones reales, a pesar de que muchas voces estridentes en los medios de comunicación denuncien a quienes no logran encontrar una solución.

Algunas opciones pueden ser mejores que otras, pero no hay nada que honestamente pueda llamarse una solución. Sin embargo, muchos países, incluido Estados Unidos, podrían hacerlo mucho mejor.

Los problemas inmediatos son las masas de hombres, mujeres y niños desesperados que huyen de las guerras y el terrorismo de Oriente Medio y que están inundando Europa. Pero la crisis actual no puede abordarse como si no tuviera pasado ni futuro.

El futuro es, de hecho, una de las mayores limitaciones de lo que se puede hacer en el presente. Cualquiera con sentido de la decencia y la humanidad querría ayudar a quienes han pasado por experiencias desgarradoras y han llegado, exhaustos y desesperados, a las costas de Europa. Pero la historia no terminará ahí, si es que lo hacen.

Con los refugiados, como con todos los demás seres humanos, la generación actual pasará de escena. Aquellos que puedan estar agradecidos de haber encontrado un refugio de los horrores de Medio Oriente tendrán una nueva generación de niños en Europa, o en cualquier otro lugar de refugio, que no tendrán memoria de Medio Oriente.

Todo lo que la nueva generación sabrá es que no les está yendo tan bien como a otras personas en el país donde viven. También sabrán que los valores de su cultura chocan con los valores de la cultura occidental que les rodea. Y no faltarán "líderes" que les digan que han sido agraviados, incluidos algunos que los instarán a la yihad.

Los europeos ya han visto este escenario desarrollarse entre ellos, creando conflictos e incluso terrorismo. La mayoría de los musulmanes pueden ser personas pacíficas que están dispuestas a vivir y dejar vivir. Pero solo se necesita una fracción que no lo esté para crear estragos.

Ninguna nación tiene una capacidad ilimitada para absorber inmigrantes de cualquier tipo, y especialmente inmigrantes cuyas culturas no son simplemente diferentes, sino antagónicas a los valores de la sociedad en la que se asientan.

La realidad ineludible es que es una decisión irreversible admitir una población extranjera de cualquier tipo, pero especialmente una población extranjera que tiene un historial de permanecer en el extranjero.

El pasado, así como el futuro, proyecta su sombra sobre la actual crisis de refugiados. Puede que no sea casualidad que el presidente Obama esté en Alaska, hablando de cambiar el nombre del Monte McKinley, mientras esta tragedia humana masiva se desarrolla en el Medio Oriente y en Europa.

La decisión de Barack Obama de sacar a las tropas estadounidenses de Irak, con alegres comentarios sobre cómo estaba poniendo fin a una guerra, resultó ser una amarga burla cuando la política de hecho abrió las puertas a nuevas guerras con indecibles horrores en el presente e incalculables consecuencias para el futuro.

La retórica simplista que acompañó la retirada de las tropas estadounidenses de Irak se mostró una vez más cuando el ascenso de ISIS fue descartado como un simple equipo universitario que intentaba parecer una amenaza seria. Pero ahora que ISIS controla una gran parte de Irak y una gran parte de Siria, es la política exterior de Obama la que parece el trabajo de un equipo universitario junior.

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