El PCB: Salvación del papado: restauración de la Iglesia

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El 20 de junio se publicó el documento Instrumentum laboris de la Asamblea general del Sínodo sobre la sinodalidad. El documento afirma que es necesario iniciar una discusión sobre cómo debe evolucionar el papel del obispo de Roma y repensar el ejercicio del primado en una Iglesia sinodal. Se supone que la primacía se ejerce de una manera diferente, a saber, sinodal. De hecho, se trata de suprimir la institución del papado. La responsabilidad doctrinal en la Iglesia se dispersará o atomizará en varias asambleas sinodales, es decir, consejos sinodales o así llamados organismos continentales.
¡Lo que es bastante revolucionario también es que, en aras de la sinodalidad, no solo los obispos, sino también los laicos deben participar en la toma de decisiones pertinentes! Posteriormente, será competencia únicamente de los llamados consejos sinodales, que estarán controlados por personas LGTBQ, masones y grupos de cabildeo transhumanista. El proyecto piloto de estos consejos sinodales ya se está impulsando en Alemania. Se supone que el consejo sinodal debe asumir la máxima competencia en el territorio nacional. No se subordinará ni a la conferencia episcopal, ni al obispo diocesano, ni al Vaticano. Este consejo tendrá al mismo tiempo la máxima competencia doctrinal. Es el fin del catolicismo y del cristianismo, el fin de la enseñanza ortodoxa y de la moralidad en la Iglesia. Se trata de la transición programada de la Iglesia a la anti-Iglesia de la Nueva Era. Es la implementación del plan masónico para crear una sola religión, una sola moneda y un solo gobierno.
El papa en la anti-Iglesia sinodal ya no poseerá la autoridad suprema como sucesor de Pedro. Su posición puede entonces compararse a la de la reina británica. Esto efectivamente pone fin a la primacía papal.
¿Por qué este sistema no suprime el papado por completo? Porque necesita su autoridad —ahora meramente aparente— para engañar a los católicos que quedan como si las resoluciones suicidas procedieran de su «santo padre», a quien consideran infalible incluso cuando encubre o predica herejías.
Este es el verdadero rostro de la sinodalidad, que tiene sus raíces envenenadas en el Concilio Vaticano II que proclama el aggiornamento con el espíritu del mundo. Con la declaración Nostra aetate, el Concilio introdujo el respeto a los cultos paganos y, de hecho, también a sus demonios. Los términos ambiguos en los documentos conciliares dieron paso a la herejía del modernismo. Este sistema, que ahora culmina en la sinodalidad, no deja espacio para la verdad y el arrepentimiento. Aquí, la Iglesia profunda (Deep Church) —como la identificó claramente el ex nuncio en EE. UU., Carlo Maria Viganò— se ha delatado a sí misma. Él ha dejado en claro que esta Iglesia profunda está aliada con el Estado profundo (Deep State).
Bergoglio persigue encubierta y sutilmente la transformación de la Iglesia en una anti-Iglesia de la Nueva Era a través de la propaganda pública LGTBQ e idolatría. Bergoglio encubre la sodomía y la pedofilia en los niveles más altos de la Iglesia (por ejemplo, el caso del cardenal McCarrick). Sentó un precedente de idolatría al entronizar al demonio Pachamama (2019) y al entregarse a Satanás en Canadá bajo la dirección de un hechicero (2022). El inválido papa Francisco Bergoglio ha incurrido en un anatema múltiple, es decir, la maldición de Dios y la excomunión de la Iglesia (Ga 1, 8-9). El hecho es que la Iglesia no tiene un papa válido; la Iglesia se encuentra en estado de sede vacante. Esto desprende de la esencia misma de la doctrina de la Iglesia católica. Un hereje que se ha autoexcluido de la Iglesia no puede ser su cabeza. Quien lo reconoce como la cabeza de la Iglesia se ha separado de Cristo como cabeza.
Esperar que Bergoglio sea sucedido por un papa ortodoxo y legítimo es una falsa esperanza. La estructura y el espíritu que Bergoglio ha llevado a cumplimiento lo hacen imposible en la actualidad.
Hoy en día, el papa ilegítimo abusa de la autoridad suprema. Los obispos del mundo lo toleran y, por lo tanto, son cómplices de la destrucción de la Iglesia católica. Todo obispo está obligado ante Dios y ante la Iglesia a separarse del papa falso e ilegítimo. Según la bula dogmática de Pablo IV, nadie está obligado a obedecer a un hereje. Todos los hechos y actos de un hereje son nulos y sin efecto. Esto se refiere también al pseudopapa Bergoglio.
En esta situación, el papado solo puede salvarse de forma extraordinaria.
El Patriarcado católico bizantino es la voz del que clama en el desierto. El 14 de octubre de 2019, en el sínodo de los obispos, de manera extraordinaria en esta situación extraordinaria, por el bien de la Iglesia, este Patriarcado eligió al ex nuncio en EE. UU., Carlo Mario Viganò, como legítimo sucesor del apóstol Pedro, es decir, como papa. El arzobispo en cuestión no aceptó el cargo, pero tampoco lo rechazó. La Iglesia está edificada sobre los apóstoles y profetas (Ef 2, 20). Si la Iglesia se encuentra en una situación desesperada, Dios interviene a través de los profetas. Lo vemos en la historia de las Iglesias veterotestamentaria y nuevotestamentaria. El arzobispo antes mencionado fue elegido por Dios a través del ministerio profético. Hasta ahora, se encuentra en una situación similar a la del rey David. Ahora sería necesario que al menos un obispo diocesano, junto con su diócesis, se separen de la secta bergogliana creando así las condiciones para que el nuevo papa acepte el cargo. Si se deja pasar este momento histórico, la secta de Bergoglio colocará gradualmente, después de las llamadas visitas vaticanas, a su gente en todas las diócesis. Los verdaderos obispos católicos se verán obligados a someterse a una conversión en anfitriones de las personas LGTBQ impenitentes; de lo contrario se les destituirá de sus cargos. Bergoglio lo dijo a los medios de comunicación en enero de 2023. A través del espíritu del mundo y del llamado proceso sinodal, la atmósfera en las diócesis cambiará tanto que pronto será demasiado tarde para salvar la doctrina católica ortodoxa y el papado.
Bergoglio nombró como nuevo prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe a un argentino que tiene el mismo espíritu de apostasía que él. El 1 de julio de 2023, le escribió con motivo de su nombramiento: «El Dicasterio que presidirás, en otras épocas llegó a utilizar métodos inmorales».
Llamar a la verdad verdad y a la herejía herejía, castigar al mal y proteger el bien, son vistos por Bergoglio como métodos inmorales.
Bergoglio continúa: «Fueron tiempos donde más que promover el saber teológico se perseguían posibles errores doctrinales. Lo que espero de vos es sin duda algo muy diferente».
Bergoglio utiliza frases como «saber teológico» y «posibles errores doctrinales» para promover herejías y LGTBQ.
Por lo tanto, el nuevo programa que Bergoglio establece para la Congregación para la Doctrina de la Fe es promover autoritariamente las herejías y la inmoralidad y eliminar la ortodoxia y las leyes de Dios. ¡Esto es rebelión contra Dios, suicidio de la Iglesia y suicidio del papado!
¿Qué hacer concretamente en estos días previos a la asamblea sinodal general en el Vaticano? Uníos diariamente especialmente en el rezo del rosario, y haced verdadera penitencia. Eso significa llamar verdad a la verdad y hereje al hereje. Es necesario separarse de él y hacer espacio para un papa ortodoxo.

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