Thomas Sowell Palabras tóxicas

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PALABRAS TÓXICAS
Por Thomas Sowell
Publicado el 9 de febrero de 2016

Durante este año electoral, estamos destinados a escuchar muchas palabras que son tóxicas en la forma en que tergiversan la realidad y las sustituyen por fantasías que pueden ganar votos.

Una de estas palabras es "derecho". Para escuchar a algunos políticos decirlo, todos tenemos derecho a todo tipo de cosas, desde "vivienda asequible" hasta "un salario digno".

Pero la realidad es que la raza humana no tiene derecho a nada, ni siquiera a la comida que necesitamos para seguir con vida. Si no producimos alimentos, nos moriremos de hambre. Si no construimos vivienda, entonces no vamos a tener vivienda, "asequible" o no.

Los individuos o grupos particulares pueden recibir muchas cosas, a las que los políticos dicen que tienen "derecho", solo si el gobierno obliga a otras personas a proporcionar esas cosas a personas que no necesitan mover un dedo para ganarlas. Toda la charla fantasiosa sobre "derechos" significa simplemente obligar a algunas personas a trabajar para producir cosas para otras personas, que no tienen la obligación de trabajar.

Se pone peor. Si todos tenemos "derecho" a las cosas, independientemente de si producimos algo nosotros mismos, entonces la pregunta es: ¿por qué algunas personas obtienen mucho más que otras?

Las personas que no producen nada pueden sentirse agraviadas contra quienes producen mucho y ser recompensadas por ello, si se supone que nuestra base para recibir beneficios económicos es aquello a lo que todos tenemos "derecho", en lugar de lo que hemos trabajado. ganar.

Uno de los usos más engañosos de la noción de derecho es decir que las personas que contribuyeron al Seguro Social durante años ahora tienen derecho a las pensiones que reciben.

¿En serio? Da la casualidad de que he puesto dinero en la misma cuenta bancaria durante más de 20 años. Pero si tuviera que escribir un cheque por un millón de dólares hoy, ¡rebotaría! La pregunta no es cuánto tiempo ha estado poniendo dinero, sino cuánto dinero ha puesto.

Si lo que ha estado poniendo en el Seguro Social a lo largo de los años es suficiente para pagarle una pensión de $1,500 mensuales, pero le prometieron una pensión de $3,000 mensuales, ¿a cuánto tiene derecho? ¿En base a qué?

El Seguro Social se creó en la década de 1930, durante la administración del presidente Franklin D. Roosevelt, uno de los políticos más astutos que jamás haya ocupado la Casa Blanca.

El presidente Roosevelt entendió que, si podía convencer a las personas de que tenían derecho a una pensión bajo el Seguro Social, podría volverse políticamente imposible poner fin a ese sistema.

Las pensiones prometidas excedieron lo que realmente se podía pagar con el dinero aportado por los beneficiarios. Pero la primera generación en ingresar al Seguro Social tendría sus pensiones pagadas con dinero recibido de la segunda generación, además de su propio dinero. A la segunda generación se le pagaría con dinero que incluía lo pagado por la tercera generación, y así sucesivamente.

Este es el principio detrás de un esquema de "pirámide", en el que los primeros inversores pueden obtener un gran rendimiento de su dinero simplemente pagándoles el dinero recibido de los inversores posteriores. Pero es solo cuestión de tiempo antes de que la realidad nos alcance, ya que el esquema piramidal en realidad no está invirtiendo ni ahorrando dinero.

Por eso, una compañía de seguros privada que vendiera rentas vitalicias basadas en un esquema piramidal sería procesada por fraude y sus funcionarios encarcelados. Pero no se puede encarcelar al Congreso, incluso cuando eso es lo que se merece.

Con el dinero agotándose en el llamado fondo fiduciario de la Seguridad Social, la realidad comienza a romper las fantasías y se está acercando a nosotros.

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