food on the brain

1 year ago
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La forma en que los alimentos ultraprocesados pueden afectar el cerebro ha causado preocupación entre algunos expertos en salud. Sugieren que los cambios cerebrales causados por una dieta rica en estos alimentos pueden dificultar su reducción, especialmente para las personas más jóvenes.

La liberación del neurotransmisor dopamina en el cerebro crea la sensación de placer. Registra todo el placer de la misma manera, ya sea en respuesta a drogas, dinero, experiencias positivas o comida. La neurocientífica Nora Volkow vincula esto con nuestro instinto básico de supervivencia:" Durante la mayor parte de la evolución, la comida era escasa", dice, por lo que necesitabas esta motivación para sobrevivir.

Los niveles altos de liberación de dopamina de los alimentos son más bajos y la velocidad es más lenta que con muchas sustancias adictivas conocidas, como las drogas. Aunque esto significa que la comida es menos adictiva que ellos, la accesibilidad, la conveniencia y el bajo costo de la misma hacen que sea difícil de evitar.

La investigación muestra que algunos alimentos, particularmente aquellos con alto contenido de grasa y azúcar (como muchos alimentos ultraprocesados), estimulan una mayor sensación de recompensa que otros. Esto puede conducir a una "trampa de placer dietético", según el psicólogo Dr. Douglas Lisle, ya que sus instintos biológicos le dicen"buscar el mayor placer con el menor dolor y el menor esfuerzo".

La dopamina también puede interactuar con el neurotransmisor glutamato, que desempeña un papel en el aprendizaje de hábitos, el deseo y la recaída.

La forma en que los alimentos ultraprocesados pueden afectar el cerebro ha causado preocupación entre algunos expertos en salud. Sugieren que los cambios cerebrales causados por una dieta rica en estos alimentos pueden dificultar su reducción, especialmente para las personas más jóvenes.

La liberación del neurotransmisor dopamina en el cerebro crea la sensación de placer. Registra todo el placer de la misma manera, ya sea en respuesta a drogas, dinero, experiencias positivas o comida. La neurocientífica Nora Volkow vincula esto con nuestro instinto básico de supervivencia:" Durante la mayor parte de la evolución, la comida era escasa", dice, por lo que necesitabas esta motivación para sobrevivir.

Los niveles altos de liberación de dopamina de los alimentos son más bajos y la velocidad es más lenta que con muchas sustancias adictivas conocidas, como las drogas. Aunque esto significa que la comida es menos adictiva que ellos, la accesibilidad, la conveniencia y el bajo costo de la misma hacen que sea difícil de evitar.

La investigación muestra que algunos alimentos, particularmente aquellos con alto contenido de grasa y azúcar (como muchos alimentos ultraprocesados), estimulan una mayor sensación de recompensa que otros. Esto puede conducir a una "trampa de placer dietético", según el psicólogo Dr. Douglas Lisle, ya que sus instintos biológicos le dicen"buscar el mayor placer con el menor dolor y el menor esfuerzo".

La dopamina también puede interactuar con el neurotransmisor glutamato, que desempeña un papel en el aprendizaje de hábitos, el deseo y la recaída.

Stephen Nolan viaja a EE. UU., el líder mundial en investigación científica, para aprender sobre el funcionamiento interno del cerebro y el impacto que tiene en él la comida chatarra que comemos todos los días.

The way ultra-processed foods may affect the brain has caused concern among some health experts. They suggest brain changes caused by eating a diet high in these foods can make cutting down on them difficult, especially for younger people.

The release of the neurotransmitter dopamine in the brain creates the feeling of pleasure. It registers all pleasure in the same way, whether it’s in response to drugs, money, positive experiences or food. Neuroscientist Nora Volkow links this with our basic instinct for survival: “For most of evolution, food was scarce”, she says, so you needed this motivation to survive.

The highs of dopamine release from food are lower, and the speed slower, than with many known addictive substances such as drugs. Although this means food is less addictive than them, the accessibility, convenience and low-cost of it makes it difficult to avoid.

Research shows some foods, particularly those high in fat and sugar (as many ultra-processed foods are), stimulate a greater sense of reward than others. This can lead to a “dietary pleasure trap”, according to psychologist Dr Douglas Lisle, as your biological instincts tell you “to seek the most pleasure for the least pain and the least effort”.

Dopamine may also interact with the neurotransmitter glutamate, which plays a role in habit learning, craving and relapse.

Stephen Nolan travels to the USA, the world leader in scientific research, to learn about the inner workings of the brain and the impact that the junk food we eat everyday has on it.

https://www.youtube.com/watch?v=f78L_quecfM

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