Thomas Sowell - Tácticas desesperadas

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TÁCTICAS DESESPERADAS
Por Thomas Sowell
Publicado el 9 de marzo de 2016

Es tiempo de desesperación para el establishment del Partido Republicano. Su favorito extremadamente bien financiado, Jeb Bush, nunca llegó a ninguna parte con los votantes en las primarias, y ya se ha visto obligado a retirarse de la contienda.

Esto al menos debería causar algunas dudas, o tal vez primeros pensamientos, por parte de las personas que siguen repitiendo que el dinero compra elecciones. Es una de las muchas teorías que parecen impermeables a la evidencia.

La desesperación del establecimiento republicano proviene del hecho de que los dos principales candidatos republicanos en las primarias republicanas, Donald Trump y Ted Cruz, son personas que no quieren que sean el candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos.

El pánico inmediato es por Donald Trump. Su sorprendente racha de victorias en las primarias oculta su vulnerabilidad en las elecciones generales de noviembre. La mayoría de las victorias primarias de Trump fueron con menos del 50 por ciento, e incluso con menos del 40 por ciento. En las elecciones generales, menos del 50 por ciento generalmente significa perder.

Aún más importante, si bien el estilo y la sustancia de Trump pueden ganarse el cariño de sus seguidores, tanto ese estilo como esa sustancia son profundamente ofensivos para muchas otras personas. Las encuestas muestran repetidamente más respuestas negativas para él que para cualquier otro candidato.

Trump no solo está en peligro de perder las elecciones presidenciales de este año, que de otro modo los republicanos tendrían una alta probabilidad de ganar. Puede envenenar toda la marca republicana, llevándose consigo a los miembros republicanos del Congreso, junto con los gobernadores republicanos y otros funcionarios estatales y locales.

Detener a Trump es obviamente una alta prioridad para el establecimiento republicano, como lo demuestra su arma más grande, Mitt Romney, que repentinamente salió en contra de Trump en los medios.

Después del impulso de Trump por sus victorias en las primarias, no será fácil detenerlo en este punto. Pero la estrategia elegida sugiere que los republicanos establecidos tienen más en mente que simplemente detener a Trump, incluso si ese es el trabajo principal.

Uno de los secretos de las victorias en las primarias de Donald Trump ha sido que la mayoría de los votos en su contra se ha dividido entre los demás candidatos, lo que lo convierte repetidamente en un "ganador" con un tercio de los votos más o menos, pero rara vez con el 50 por ciento.

La forma más obvia de detener a Trump, si ese fuera el único objetivo, sería que los otros candidatos abandonaran la contienda, dejando la contienda entre Trump y Cruz. Pero el establecimiento republicano ha elegido la estrategia opuesta, queriendo que todos los candidatos permanezcan en la carrera.

De esa manera, si el senador Rubio puede ganar su estado natal de Florida y el gobernador Kasich puede ganar su estado natal de Ohio, eso puede negarle a Trump dos estados importantes en los que el ganador se lo lleva todo. Esto puede evitar que alcance el número de delegados necesarios para ganar la nominación republicana. En ese momento, se convierte en el juego de cualquiera en la convención.

Si el único objetivo es detener a Trump, parece menos probable que este enfoque logre ese objetivo que consolidar los votos que no son de Trump detrás de un candidato. En varios de los estados que ganó Trump, los votos combinados de Cruz y Rubio habrían sido suficientes para derrotarlo.

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