XII El final del viaje y el heroe cuántico

Un día, sentado en un banco de Helsinki, mirando al mar recordé mi perla, el estado de ser en que vivía de niño, la frecuencia de amor. Ese día supe que había un lugar mágico dentro de mi que podía habitar, una casa donde volver. Aunque todavía no estaba allí recordaba que, de niño, la había habitado.
Ahora podía ver el camino completo, de la conexión a la desconexión y vuelta al hogar interior. No era la vida que me había abandonado o el mundo y los seres humanos los responsable de mi infelicidad y el sufrimiento. Era yo el que me había salido de la frecuencia de la vida y durante mucho tiempo la había mirado desde detrás de un cristal.
Ahora volvía a estar en las aguas cálidas y misteriosas de la vida, aunque aún no había llegado a casa. Acbaba un gran capítulo de mi vida. Un gran viaje del heroe que me había mostrado mi mundo interior. Quien me iba a decir que unos meses más tarde comenzaría un nuevo viaje al entrar en contacto con mi heroe cuántico.