Guerra Política 027 - La única verdad

1 year ago
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Los gobiernos militares, al servicio de la oligarquía salvadoreña, se mantenían en el poder desde el golpe de Estado de 1959, el que depone al coronel José María Lemus. Diez años transcurrían desde entonces y la inestabilidad del país crecía a tal grado que se declara la guerra a Honduras, acto que, si bien unifica a los salvadoreños, solamente dura 100 horas, dándose un acontecimiento por pocos conocido y en el que Schafik Hándal resulta catapultado a la secretaría del partido, pues él apoya a la Fuerza Armada, y el entonces secretario del PC, José Cayetano Carpio, no lo respalda, por lo que renuncia. Nadie previó que las diferencias entre estos dos líderes, Hándal y Carpio, se darían de nuevo antes de negociar la paz. Carpio se inclina por la victoria militar y es apoyado por Mélida Anaya Montes, lideresa del Bloque Popular Salvadoreño. Esta disidencia en la cúpula guerrillera solo podía zanjarse con una purga, la que conduce al asesinato en abril de 1983 de Mélida y Cayetano. Hándal consolida la dirección de los grupos de guerrilla, quedándole expedito el camino a la negociación de la paz. En El Salvador, desde 1959, los gobiernos norteamericanos imponen a los militares como gobernantes, justificándolo con el evitar la penetración comunista, ordenan reprimir con los cuerpos de seguridad a los políticos que se oponen a los gobiernos militares y facilitan la polarización política y las campañas de odio, se reduce la productividad, desde el exterior se da el golpe de Estado y los salvadoreños hemos caído en la trampa de la guerra que nos lleva a matarnos entre hermanos.

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