Thomas Sowell - Ganadores o llorones

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¿GANADORES O LLORONES?
Por Thomas Sowell
Publicado el 19 de abril de 2016

Si hay un patrón que está surgiendo de las campañas políticas de este año, es que la retórica vence a la realidad, en ambos partidos.

La mayor sorpresa entre los demócratas es Bernie Sanders, y entre los republicanos está Donald Trump. Aunque cada uno de ellos busca ser puesto a cargo del gobierno de la nación, ¿alguien sabe, o le importa, ¿cuál ha sido su historial real en el gobierno?

Trump, por supuesto, no tiene ningún historial en el gobierno. Si Sanders tiene algo que mostrar de sus muchos años en el Congreso, nadie parece saber qué es. Pero ambos son geniales en la retórica.

El mayor punto de venta de Hillary Clinton es que tiene mucha "experiencia" en el gobierno, habiendo sido Senadora y secretaria de Estado. Pero lo que realmente logró en esos roles recibe muy poca atención.

Las políticas exteriores de la secretaria Clinton han llevado a un desastre tras otro, ya sea en el Medio Oriente, en Ucrania o en Corea del Norte. ¿Dónde están sus éxitos?

Los republicanos comenzaron esta campaña de elecciones primarias con una serie de candidatos que tenían antecedentes como gobernadores que podrían haber sido examinados, debatidos y criticados. Pero la retórica y las payasadas de Donald Trump acapararon la mayor parte de la atención. Los gobernadores Scott Walker y Bobby Jindal se fueron antes de que la mayoría de la gente supiera algo sobre sus antecedentes.

En parte, esto se debió a la obsesión de los medios con Donald Trump. Pero el público comparte la responsabilidad del triunfo de la purpurina sobre la sustancia, porque las encuestas mostraron repetidamente que el público se sentía mucho más atraído por la purpurina.

Las protestas de enojo actuales porque no hubo una votación primaria en Colorado para elegir delegados, supuestamente porque "el sistema" estaba "amañado" contra Donald Trump, es solo la última señal de una falta generalizada de interés en los hechos.

Las reglas de Colorado estaban allí antes de que se eligieran los delegados. Si Donald Trump no se molestó en aprender esas reglas, o en contratar gente para estar al tanto de esas cosas, fue su culpa. Pero es demasiado típico de Trump encubrir su propia falta de conocimiento o comprensión haciendo acusaciones salvajes contra otros e incitando a los crédulos.

Las reglas de la convención que requieren que un candidato obtenga la mayoría de los delegados para convertirse en el candidato del partido a la presidencia tampoco son nada nuevo. Pero, aquí nuevamente, Trump y sus seguidores están levantando una protesta al decir que no sería "justo" o "democrático" "robar" la nominación de Trump y dársela a algún otro candidato.

En primer lugar, no es la nominación de Trump hasta que se la ha ganado, según las reglas que se aplican a todos los candidatos. Nadie puede "robar" lo que no era suyo en primer lugar.

Las reglas son las reglas. Como viejo fanático de los Yankees de Nueva York, todavía tengo un doloroso recuerdo de la Serie Mundial de 1960, donde los Yankees anotaron 53 carreras y los Piratas de Pittsburgh anotaron 27. Pero los Piratas ganaron la Serie Mundial, porque las reglas se basan en cuántos juegos se jugaron. ganó, no cuántas carreras se anotaron.

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