¿ANHELAS SUPERAR LA AMARGURA? Hebreos 12:15 - 2023 - Carmen Camino

1 year ago
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Un distinguido señor “ya mayor” fue al estudio de un pastor y le preguntó si podía celebrar una ceremonia matrimonial, en la cual “él” era el novio. El pastor le pidió que hiciera pasar a la novia para conversar juntos y conocerse mejor. El hombre le dijo, “antes qué entre mi novia, déjeme explicarle este matrimonio”.

¡Ambos hemos estado casados antes, el uno con el otro! Hace más de treinta años tuvimos un problema. Yo me enfurecí, y nos separamos. Luego cometimos la tontería de divorciarnos. Pienso que ambos éramos demasiado orgullosos para pedir perdón.

Todos estos años hemos vivido solos, y ahora vemos lo necios que hemos sido. Nuestra amargura nos ha robado los placeres de la vida, y ahora queremos casarnos de nuevo, y ver si el Señor nos da unos pocos años de felicidad, antes de morir.

Muchas veces, la amargura no nos deja perdonar. Es un factor hiriente que nos quita la paz y destruye nuestras relaciones. Por lo general, la amargura y el enojo vienen de cosas triviales, que destrozan hogares, iglesias y amistades.

Hebreos 12:15 dice, Tengan cuidado. No vayan a perderse la gracia de Dios; no dejen brotar ninguna raíz de amargura, pues podría estorbarles y hacer que muchos se contaminen con ella.

La palabra “amargura” significa algo “cortante” o “afilado”. También implica “sabor amargo”. Este pasaje se refiere “al fruto amargo” producido por la raíz de amargura. Podemos estar amargadas y esconderlo del resto del mundo, y disfrazarlo con otras actitudes.
Expresamos amargura “en nuestra vida” de muchas maneras: Por medio de la ira, la difamación, la malicia. Pero no podemos esconder nuestra amargura de Dios. La amargura nunca es constructiva; siempre es destructiva.

No importa lo que la gente nos haya hecho... cuantas veces lo haya hecho… o cuan malo haya sido. ¡La amargura nunca es aceptable ante Dios! ¿Cuándo alguien te trata mal, te insulta, o peca contra ti, ¿Cómo reaccionas? ¿Te sientes satisfecha guardándole rencor a la persona que te ha ofendido?

Desgraciadamente, tu decisión de albergar amargura “es igual de pecado” que el de la persona “que originalmente” cometió el pecado contra ti”. © Pero, ¿qué es la amargura? La amargura es el resultado de no perdonar a otros. Básicamente, si estás amargada con alguien, es que no has perdonado “realmente” a esa persona.

La amargura es el resultado de responder de forma impropia o “no bíblica” a una ofensa. La escritura compara a la amargura con una raíz. Así como “una pequeña raíz” crece hasta convertirse en un gran árbol, la amargura brota en nuestro corazón, y crece… afectando profundamente nuestras relaciones cristianas.

La raíz venenosa de la amargura “se apodera de nosotros” cuando permitimos que la desilusión crezca… “hasta volverse en resentimiento”, o cuando guardamos rencores por heridas pasadas. ¡La amargura trae consigo celos, y discordias!

¿Cuál es la semilla -- que plantada en la tierra de nuestros corazones -- se vuelve en una raíz de amargura? ¡GENERALMENTE… ES UNA HERIDA!

Cuando alguien te ofende, “es como si esa persona” hubiera plantado “una semilla de amargura” en la tierra de tu corazón. En ese momento… tú puedes arrancar la semilla inmediatamente, y perdonar a la persona que te ha ofendido, o tú puedes comenzar a cultivar la semilla -- rememorando el dolor “una y otra vez” en tu mente.
Tú dices… ¡Él me hirió! ¡Jamás lo perdonaré!” Si queremos evitar la amargura, ¡debemos perdonar! ¡Jesús nunca se negó a perdonar! ¡Nosotros debemos hacer lo mismo!
Tenemos que tener cuidado de no dejar que la amargura se arraigue en nuestra vida. La amargura “que abrigamos” deshonrará a nuestras relaciones. Esta es una razón por la cual hay tantas separaciones, divorcios y hogares destruidos.

¿Cuál es la evidencia de que nos hemos vuelto amargadas contra otra persona? Veamos algunas de las posibles muestras de amargura.

¡Te es difícil resolver conflictos? Tratar de resolver un conflicto con alguien -- que no quiere perdonar -- es como tratar de construir un edificio sin ponerle “primero” cimientos sólidos. La amargura condenará el proyecto… ¡aun antes de comenzar!

¿Cometes actos de venganza? Ya sea si estos actos tienen la forma de murmuraciones, comentarios rencorosos acerca de la persona que te ha ofendido, teniendo un pleito físico, o vengándote… ¡Esa es una señal de falta de perdón!

Romanos 12:19 dice, No busquemos vengarnos, amados míos. Mejor dejemos que actúe la ira de Dios, porque está escrito: «Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.»

¿Te cuesta dirigirle la palabra a la persona que te ha ofendido? Cuando le hablamos a esa persona -- lo hacemos fríamente -- diciéndole prácticamente, “Mira, yo he tratado de decirte “una y otra vez” cuanto me molesta cuando haces esto o aquello. ¡Pero tú no entiendes! ¡No quiero hablar contigo hasta que no cambies tu actitud”!

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