Nuestra Señora de los Dolores. P. Justo Antonio Lofeudo.

2 years ago
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Un día después de la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, la Iglesia conmemora a Nuestra Señora de los Dolores. Meditar en los dolores de la Madre nos ayuda a comprender mejor los dolores de Cristo, a acercarnos a su Santísimo Corazón, y a dejarnos transformar por el amor sacrificial.
La devoción a Nuestra señora de los dolores viene desde muy antiguo. Ya en el siglo VIII los escritores eclesiásticos hablaban de la “Compasión de la Virgen” en referencia a la participación de la Madre de Dios en los dolores del Crucificado.
La devoción a la Virgen de los Dolores -también conocida como la Virgen de la Amargura, la Virgen de la Piedad o, simplemente, la Dolorosa- viene desde antiguo. Puede remontarse hasta los orígenes de la Iglesia, cada vez que los cristianos recordaban los dolores de Cristo, siempre asociados a los de su Madre María. Sin embargo, la advocación a Nuestra Señora de los Dolores (Mater Dolorosa) cobra forma e impulso recién a partir de finales del siglo XI. Décadas después, para 1239, en la diócesis de Florencia, los servitas (Orden de frailes Siervos de María) destinaron el 15 de septiembre para celebrar a la Virgen dolorosa; día que quedaría oficializado a inicios del siglo XIX (1814) por el Papa Pío VII, quien le concedió el rango de fiesta.

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