Clase -29- El Matrimonio, Los Sacramentos. Catecismo para Bárbaros. Padre Javier Olivarera Ravasi.

1 year ago
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Los sacramentos son signos sensibles y eficaces de la gracia, instituidos por nuestro Señor Jesucristo para santificarnos.

El sacramento del Matrimonio es uno de los siete sacramentos instituido por Jesucristo, que cuando se recibe con las disposiciones adecuadas, da la gracia –una ayuda sobrenatural- para vivirlo cristianamente.

La afirmación, inequívoca, de Jesucristo sobre la indisolubilidad del vínculo matrimonial pudo causar perplejidad y aparecer como una exigencia irrealizable.

Sin embargo, Jesús no impuso a los esposos una carga imposible de llevar y demasiado pesada.

Viniendo para restablecer el orden inicial de la creación perturbado por el pecado, Jesús a través del sacramento del Matrimonio da la fuerza y la gracia para vivir el matrimonio en la dimensión nueva del Reino de Dios.

Esta gracia del Matrimonio cristiano es un fruto de la Cruz de Cristo, fuente de toda la vida cristiana.

Es lo que el apóstol Pablo en la carta a los Efesios da a entender diciendo: Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, y añadiendo enseguida:

Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne.

Gran misterio es éste, lo digo respecto a Cristo y a la Iglesia.

El Matrimonio es un sacramento santo. —A su tiempo, cuando hayas de recibirlo, que te aconseje tu director o tu confesor la lectura de algún libro provechoso.

Y te dispondrás mejor a llevar dignamente las cargas del hogar.

¿Cómo se celebra el matrimonio?

Según la tradición latina, los esposos se confieren mutuamente el sacramento del matrimonio cuando manifiestan su consentimiento ante un representante de la Iglesia.

Los esposos son pues los ministros del sacramento.

El sacerdote (o el diácono) que asiste a la celebración del matrimonio, recibe el consentimiento de los esposos en nombre de la Iglesia y da la bendición de la Iglesia.

La presencia del ministro de la Iglesia (y también de los testigos) expresa visiblemente que el Matrimonio es una realidad eclesial.

Por esta razón, la Iglesia exige ordinariamente para sus fieles la forma eclesiástica de la celebración del matrimonio.

Varias razones concurren para explicar esta determinación:

— El matrimonio sacramental es un acto litúrgico.

Por tanto, es conveniente que sea celebrado en la liturgia pública de la Iglesia.

— El matrimonio crea derechos y deberes en la Iglesia entre los esposos y para con los hijos.

— Por ser el matrimonio un estado de vida en la Iglesia, es preciso que exista certeza sobre él (de ahí la obligación de tener testigos).

— El carácter público del consentimiento protege el "Sí" una vez dado y ayuda a permanecer fiel a él.

En el rito latino, la celebración del matrimonio entre dos fieles católicos tiene lugar ordinariamente -pero no necesariamente- dentro de la Santa Misa.

En la Eucaristía se realiza el memorial de la Nueva Alianza, en la que Cristo se unió para siempre a la Iglesia, su esposa amada por la que se entregó.

Por ser un sacramento los esposos se deben disponer para recibir la gracia.

Por tanto, conviene que se preparen bien a la celebración de su matrimonio recibiendo el sacramento de la Penitencia.

En este sacramento los esposos reciben el Espíritu Santo como Comunión de amor de Cristo y de la Iglesia.

El Espíritu Santo es el sello de la alianza de los esposos, la fuente siempre generosa de su amor, la
fuerza con que se renovará su fidelidad

El amor, que conduce al matrimonio y a la familia, puede ser también un camino divino, vocacional, maravilloso, cauce para una completa dedicación a nuestro Dios.

¿Cuál es el aspecto esencial en la celebración del matrimonio?

¿ Qué es el consentimiento matrimonial?

Los protagonistas de la alianza matrimonial son un hombre y una mujer bautizados, libres para
contraer el matrimonio y que expresan libremente su consentimiento.

"Ser libre" quiere decir:

— no obrar por coacción;

— no estar impedido por una ley natural o eclesiástica.

La Iglesia considera el intercambio de los consentimientos entre los esposos como el elemento
indispensable "que hace el matrimonio".

Si el consentimiento falta, no hay matrimonio.

El consentimiento consiste en "un acto humano, por el cual los esposos se dan y se reciben mutuamente":

"Yo te recibo como esposo (a)"

Este consentimiento que une a los esposos entre sí, encuentra su plenitud en el hecho de que los dos "vienen a ser una sola carne".

El consentimiento debe ser un acto de la voluntad de cada uno de los contrayentes, libre de violencia o de temor grave externo.

Ningún poder humano puede reemplazar este consentimiento. Si esta libertad falta, el matrimonio es inválido.

Si esta libertad falta, el matrimonio es inválido.

Amar es... no albergar más que un
solo pensamiento, vivir para la
persona amada, no pertenecerse,
estar sometido venturosa y
libremente, con el alma y el corazón, a una voluntad ajena... y a la vez propia.

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