DK4 -22- El Cannon de la Biblia. Catecismo y Teología Básicos. Fray Nelson Medina.

2 years ago
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La obra principal de San Jerónimo es la traducción de la Biblia, conocida bajo en nombre de “Vulgata”, que viene a ser, por los decretos del Concilio de Trento, el texto auténtico de la Sagrada Escritura, que es autoridad para los católicos y opuesta a los protestantes.

Había emprendido primeramente la revisión de una antigua versión latina ----“Antica latina”---- llamada por San Agustín “Vetus Itala” porque se usaba en Italia y que había sido hecha sobre el texto griego exaplar de los Setenta.

Desgraciadamente no queda de ella más que el Nuevo Testamento, y luego el libro de Job y el Salterio que viene a ser el “Salterio romano”.

En una carta a San Agustín que le había pedido este trabajo, San Jerónimo deplora el haberlo perdido por la torpeza, o la falta de honradez de algún depositario o mensajero (Carta l34).

Luego quiso traducir directamente del hebreo al latín todo el Antiguo Testamento. Durante l5 años buscó el autor las copias para confrontarlas y se atrevió aun a consultar a sabios rabinos.

Los libros deuterocanónicos, tales como Tobías y Judith, fueron traducidos del caldeo, mientras que los libros considerados entonces como no canónicos, Sabiduría, Eclesiástico, Baruc, Tercero y Cuarto de Esdras, Macabeos, los hizo a un lado.

Fueron agregados en seguida en la Vulgata, conforme a la traducción de la “Antica Latina”. En suma, la Vulgata actual, desde este punto de vista, comprende cuatro partes:

I) la más importante, al menos las tres cuartas partes del conjunto, traducida por San Jerónimo, inmediatamente del hebreo al latín;

2) algunos libros igualmente traducidos por San Jerónimo, pero sobre las Exaplas de Orígenes, por ejemplo los Salmos;

3) algunos libros revisados por San Jerónimo sobre la versión “Antica Latina”, como el Nuevo Testamento;

4) los deuterocanónicos que San Jerónimo no tocó y que conservan el texto de la “Antica Latina”.

¿Serán defectuosas algunas de estas traducciones por demasiada precipitación? El libro de Esther en una noche, el de Tobías en un día, los de Salomón en tres días.

Por otra parte, San Jerónimo tiene el cuidado de advertir a sus lectores que ha querido hacer una “traducción fiel pero no servil; no palabra por palabra, pero dando el sentido literal”.

Y por ser así, el Concilio de Trento lo hizo el texto oficial de la Biblia: “Esta antigua edición Vulgata, adoptada en la Iglesia por un uso secular, ora para las lecturas públicas, ora para las discusiones y predicaciones, debe ser considerada como auténtica, o sea, exenta de errores en cuanto a la Fe y a la Moral”.

En sus “Comentarios sobre veintidós libros del Antiguo y del Nuevo Testamento”, San Jerónimo plagia sin escrúpulo a los comentaristas anteriores, y a menudo aun sin mencionarlos,

Aunque exponiendo frecuentemente su destino literal, se adhiere en ocasiones demasiado exclusivamente al sentido alegórico; y también aquí él mismo confiesa haber escrito o dictado esas obras un poco precipitadamente.

Hechas estas reservas, el autor merece los elogios de un crítico: “Tuvo, más que todos los otros Padres, las cualidades necesarias para interpretar bien la Sagrada Escritura, porque conocía el caldeo, el hebreo y el latín.

No había leído y examinado solamente las versiones griegas de las hexaplas de Orígenes, sino que además había consultado con los más sabios judíos de su tiempo.

A lo cual se puede agregar que había leído todos los autores griegos y latinos que antes de él habían escrito sobre la Biblia. En fin, conocía a todos los autores profanos. . .”

“La manera como hizo los comentarios sobre los libros de los profetas es la mejor de todas.

Porque en primer lugar cita la antigua versión latina que estaba entonces en uso, a la que junta una nueva que él mismo había hecho sobre el hebreo; luego confronta las antiguas versiones griegas con el objeto de encontrar la propiedad de los términos hebreos”

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