CÓMO VENCER LA ADICCIÓN - Galatas 5:16-24 - CARMEN CAMINO

2 years ago
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Cuando Mauricio llamó por teléfono a la oficina de su papá, le dijo a la secretaria que quería hablar con él. El papá no sabía si tomar la llamada, o no. La mamá y los hermanos, habían pasado años “de altos y bajos” con él… y su abuso de las drogas. Ellos escucharon miles de promesas, y vieron que todas esas promesas, fueron rotas.

Mauricio les había robado a sus padres, los había manipulado, y les había fallado muchísimas veces. ¡Había sido un alivio no saber de él por dos años! Ahora Mauricio estaba al teléfono, y su papá no tenía muchos deseos de hablar con él. A decir verdad, Mauricio era la última persona con quien el papá quería hablar.

“Pídele su teléfono, y dile que lo voy a llamar más tarde”, le dijo a su secretaria. Él necesitaba pensar acerca de esto. Cuando finalmente, el papá llamó a Mauricio, se sorprendió cuando una mujer contestó, “Centro Cristiano del Norte”. “¿Podría hablar con Mauricio Toledo, por favor?” “¿Quién lo llama?” “Su papá.”

Luego escuchó la voz de Mauricio, “Hola papá. Gracias por devolverme la llamada”. Entonces comenzó una conversación telefónica increíble. Mauricio le dijo a su papá que él había ido a un programa de rehabilitación, hacía año y medio. Este programa proveía algo, que los otros programas no habían ofrecido.

“Tuve un encuentro con Jesús”, explicó Mauricio. “¿Y eso qué significa?” le preguntó su papá”. “Significa que he sido perdonado de mi pasado; que Jesús murió por todos mis pecados… ¡y que Él me ha dado nueva vida! También quiero pedirles perdón a ti y a mamá. ¡He vuelto a nacer, papá! ¡Soy un hombre nuevo!”

También le contó que ahora trabajaba para una iglesia, ayudando a otros adictos a que enderezaran sus vidas. ¡El papá no lo podía creer! ¡Tenía miedo que su hijo se hubiera vuelto un fanático religioso!

Dos semanas después, Mauricio llegó al aeropuerto a visitar a sus padres. ¡No parecía el mismo! Él estaba bien vestido y bien arreglado, y sus ojos estaban brillantes y claros. Mauricio abrazó a su mamá, y ambos se pusieron a llorar. El papá esperaba decepcionarse, como lo había sido, muchas veces antes.

Sin embargo, ¡este primer encuentro con su hijo había sido diferente! En los días siguientes, Mauricio les contó su historia: “En medio de una desintoxicación de drogas” tuve una visión de Jesucristo en la cruz. ¡Y clamé a Él para que me ayudara! Esta experiencia me llevó a una iglesia. “Y le pedí a Jesús que fuera mi Señor”.

Es muy probable, que tú o alguien cercano a ti – tu esposo, tu hijo, tu padre, una amiga estén luchando con una adicción muy poderosa. Si tú tienes un ser querido, que está sufriendo con una adicción, entonces has visto que no pueden controlar el hábito o la conducta, a pesar de saber que la conducta hiere a aquellos a quienes aman.

Nosotros sabemos que las adicciones dominan y, a fin de cuentas, destruyen vidas. La conducta de las personas adictas es autodestructiva, y auto denigrante, que puede destruir su vida física y espiritual. Su comportamiento se ha vuelto más importante que su esposo, que sus amigos, que su familia.

¡Es más importante para ellos que su iglesia y otros creyentes! Se vuelve más importante que su carrera, y su llamado en la vida. La adicción es como estar controlada por cadenas de hierro, que no se pueden romper. Si estás luchando con el pecado, con adicciones, o malos hábitos, que te están impidiendo seguir adelante… ¡esta enseñanza puede ayudarte!

A lo mejor has tratado terapia; has tratado libros de auto ayuda, has tratado yoga; y hasta has tratado “religión”. Ninguno de estos ha funcionado, porque se enfocan en lo externo.
Solo Jesús puede romper las cadenas físicas, emocionales, y espirituales, QUE “NO” NOS ESTÁN PERMITIENDO VIVIR EN VICTORIA”, a través de Jesús. Mi propósito aquí es de mostrarte “lo que la Palabra de Dios dice” con respecto a romper las cadenas de la adicción en tu vida. Necesitas entender lo que Dios dice acerca de tu problema.

¡Necesitas conocer la verdad bíblica porque Dios te ha hecho libre! Jesús puede romper cada cadena de adicción, ya sean las drogas, el alcohol, la inmoralidad sexual -- de cualquier tipo -- el juego, la ira, o la amargura. ¡La realidad es que una adicción es una cadena que nos esclaviza! Es una cadena que nos controla, y no nos deja ser lo que Dios quiere que seamos.

La adicción puede ser una substancia, como el alcohol, las drogas, los medicamentos de prescripción, el tabaco, o la comida. La adicción también puede ser una conducta, como el juego, la inmoralidad sexual, o hasta el exceso de trabajo. La adicción puede ser también una emoción, como, la ira, el dolor, o la negatividad.

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