Thomas Sowell - Especulación

2 years ago
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ESPECULACIÓN

La mayoría de las transacciones en el mercado implica la comercialización de cosas reales según el valor que tienen para el comprador y el precio que el vendedor considera posible. Algunas transacciones, sin embargo, implican la compra de cosas que aún no existen o cuyo valor aún no ha sido determinado, o ambas posibilidades a la vez. Por ejemplo, el precio de las acciones de la empresa de internet Amazon fue en aumento durante años antes de que la compañía lograra generar ganancia alguna.

Era obvio que la gente estaba especulando con el hecho de que la compañía posiblemente generaría ingresos o con el de que otros continuarían ofreciendo precios más altos por sus acciones, y ello permitió que los primeros accionistas pudieran vender sus acciones de modo beneficioso, independientemente de si Amazon había generado, o no, determinados dividendos. Tras años de operar con pérdidas, Amazon finalmente produjo ganancias en 2001. La exploración de petróleo es una especulación costosa, ya que se debe gastar millones de dólares antes de saber si, de hecho, se encontrará petróleo, o si el petróleo que se encuentre será suficiente para generar una rentabilidad lo suficientemente atractiva sobre lo invertido inicialmente.

Muchas otras cosas son compradas con la esperanza de conseguir ganancias futuras, que puede que se materialicen o no: guiones para películas que tal vez nunca se hagan, pinturas hechas por artistas que pueden o no hacerse famosos algún día, y divisas extranjeras que puede que aumenten su valor con el paso del tiempo, pero que también corren el riesgo de depreciarse. La especulación como una actividad económica puede ser realizada por personas normales, pero también hay especuladores profesionales para quienes ésta es toda una profesión.

Una de las funciones principales de los especuladores profesionales es eximir a otras personas de tener que especular como parte de sus actividades económicas regulares, como la agricultura, por ejemplo, donde tanto el clima como los precios durante la cosecha son impredecibles. Para decirlo de otra manera, el riesgo es algo inherente a todos los aspectos de la vida humana. La especulación es una actividad profesional por la que ciertas personas se especializan en cargar con estos riesgos, por un precio. Para que este tipo de transacciones tengan lugar, el coste del riesgo que se transfiere para la persona que inicialmente soportaba ese riesgo debe ser mayor que el precio pagado por dicha transferencia, y, al mismo tiempo, el coste para quien asume ese riesgo debe ser menor que el precio cobrado. En otras palabras, el riesgo debe ser
reducido con este proceso, para que la transferencia tenga sentido para ambas partes.

La razón por la que el especulador logra costes más bajos puede deberse a sus métodos más sofisticados para el análisis de riesgos, a un mayor capital para poder soportar reveses en el corto plazo, o a que la variedad de riesgos asumidos por el especulador reduce su riesgo a nivel general.

Cuando un agricultor estadounidense de Idaho o Nebraska se apresta a plantar su trigo, no tiene forma de saber cuál será su precio cuando lo coseche. Esto depende de innumerables agricultores de trigo, no sólo en Estados Unidos, sino también en lugares tan distantes como Rusia o Argentina. Si la cosecha de trigo falla en Rusia o Argentina, el precio mundial del trigo se disparará, debido a la oferta y la demanda, lo que hará que los agricultores estadounidenses obtengan precios muy altos por sus cultivos. Pero si se da una cosecha extraordinaria de trigo, ya sea en Rusia o Argentina, puede que se produzca un excedente en el mercado mundial, lo que obligará a enviar el cereal sobrante a costosas instalaciones de almacenamiento. Esto provocará que el precio mundial del trigo se desplome, y dejará a los agricultores estadounidenses sin nada que recompense su duro esfuerzo, y tal vez incluso con pérdidas. Al mismo tiempo, sus familias y ellos mismos tendrán que vivir de sus ahorros o adquirir deudas con quien esté dispuesto a otorgárselas. Para evitar tener que especular de esta manera, el agricultor puede pagar a un especulador profesional para que corra con el riesgo, mientras él se dedica a la agricultura.

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