197 SAN BUENAVENTURA, OBISPO Y DOCTOR DE LA IGLESIA 2022. 4K

Jesús es Señor del día de reposo
Mat 12:1 En cierta ocasión pasaba Jesús por unos campos de trigo, y era un día sábado. Sus discípulos, que tenían hambre, comenzaron a desgranar espigas y a comerse el grano.
Mat 12:2 Al advertirlo unos fariseos, dijeron a Jesús: “Tus discípulos están haciendo lo que está prohibido hacer en día sábado.”
Mat 12:3 Jesús les contestó: “¿No han leído ustedes lo que hizo David un día que tenía hambre, él y su gente?
Mat 12:4 Pues entró en la casa de Dios y comieron los panes presentados que les estaban prohibidos tanto a él como a sus compañeros, pues estaba reservado a los sacerdotes.
Mat 12:5 ¿No han leído en la Ley que los sacerdotes en el Templo no observan el descanso, y no hay culpa en eso?
Mat 12:6 Yo se lo digo: ustedes tienen aquí algo más que el Templo.
Mat 12:7 Y si ustedes entendieran estas palabras: Quiero misericordia, no sacrificios, ustedes no condenarían a quienes están sin culpa.
Mat 12:8 Además, el Hijo del Hombre es Señor del sábado.”
El hombre de la mano seca
Mat 12:9 Saliendo de aquel lugar, Jesús entró en una sinagoga de los judíos.
Mat 12:10 Se encontraba allí un hombre que tenía una mano paralizada. Le preguntaron a Jesús, con intención de acusarlo después: “¿Está permitido hacer curaciones en día sábado?”
Mat 12:11 Jesús les dijo: “Si alguno de ustedes tiene una sola oveja y se le cae a un barranco en día sábado, ¿no irá a sacarla?
Mat 12:12 ¡Pues un ser humano vale mucho más que una oveja! Por lo tanto, está permitido hacer el bien en día sábado.”
Mat 12:13 Dijo entonces al enfermo: “Extiende tu mano.” La extendió y le quedó tan sana como la otra.
Mat 12:14 Al salir, los fariseos planearon la manera de acabar con él.
El siervo escogido de Dios
Mat 12:15 Jesús lo supo y se alejó de allí, pero muchas personas lo siguieron, y él sanó a cuantos estaban enfermos.
Mat 12:16 Pero les pedía insistentemente que no hablaran de él.
Mat 12:17 Así debían cumplirse las palabras del profeta Isaías:
Mat 12:18 Viene mi siervo, mi elegido, el Amado, en quien me he complacido. Pondré mi Espíritu sobre él, para que anuncie mis juicios a las naciones.

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