La vida en el fondo de la sociedad - Thomas Sowell (los comportamientos nocivos)

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LA VIDA EN EL FONDO DE LA SOCIEDAD
La pobreza solía significar hambre e insuficiente ropa para protegerte contra el clima, así como largas horas de trabajo en moliendas, además como largas horas de trabajo extenuante para poder sobrevivir. Pero hoy en día la mayoría de las personas que viven debajo de la línea de pobreza oficial, no sólo tienen suficiente comida, sino que son en realidad un poco más propensos que otras personas a tener sobrepeso. La ropa ordinaria es tan abundante que jóvenes matones se pelean por ropa de diseñador o de lujo o zapatillas deportivas caras. En cuanto al trabajo, hay menos trabajo en las personas de bajos ingresos de los hogares de hoy, que entre los ricos.
La mayoría de los pobres de hoy tienen televisores inteligentes y hornos de microondas. Pobreza en el antiguo sentido físico, no está ni cerca de estar tan extendido como antes. Aun así, la vida en el fondo no es una maravilla, y con demasiada frecuencia es una pesadilla.
Un libro recientemente publicado titulado “La vida al fondo” pinta algo perspicaz, pero una muy dolorosa imagen de la clase baja: el vacío de sus vidas, las agonías, la violencia y la miseria moral. Este libro trata sobre un barrio de clase baja británico donde su autor, Theodore Dalrymple, trabaja como médico. Esto puede ser de hecho que su mensaje sea más fácil para muchos estadounidenses de comprender y aceptar. La mayoría de las personas sobre las que escribe Dalrymple son blancos, por lo que puede ser posible, que por fin lo tomemos de manera honesta y ver las causas y consecuencias de un estilo de vida de clase baja, sin miedo a ser llamado "racista." Las personas que están haciendo esas mismas cosas socialmente destructivas y autodestructivas para ellos allá en Inglaterra, eso pasa también en los barrios de clase baja de los Estados Unidos.
El gobierno allá no puede afirmar que se debe a que sus antepasados fueron esclavizados, o porque enfrentan discriminación. Una vez que esos escapes estén fuera del camino, tal vez podemos enfrentar la realidad e incluso hablar con sentido acerca de cómo las cosas se volvieron de tal desorden y de tal horror. Como un médico de la sala de emergencias, Theodore Dalrymple trata a los jóvenes que han sido golpeados tan cruelmente, que requieren atención médica, porque ese joven trató de hacer bien las cosas en la escuela y tener buenas notas. Cuando eso sucede en los barrios negros de estadounidenses, las víctimas han sido acusadas de “estar actuando como blanco” cuando tratan de educarse. Al otro lado del Atlántico, tanto las víctimas como sus matones son blancos. El barrio de clase baja británica en el que Dalrymple trabaja, como en su contraparte estadounidense, presenta lo que él llama "el chico joven, feroz, egoísta, de quien me alejaría si lo veo en el día.” Él ve también “la destrucción de los fuertes lazos familiares que solo hicieron que la pobreza surja para un gran número de personas”.
El propio padre de Dalrymple nació en un barrio pobre, pero en un entorno social muy diferente al actual de la clase baja. Por un lado, su padre recibió una verdadera educación. Los libros de texto que se enseñaban antes, serían considerados ahora demasiado difíciles en la era actual de esta educación desfasada.
El padre de Dalrymple recibió las herramientas para alzarse de la pobreza, mientras que la clase baja de hoy, no solo se les negaron esas herramientas, pero también reciben muchas excusas para permanecer en la pobreza— por ideologías que culpan de su situación a los demás, a quienes se les anima a envidiar y resentir de los demás que se esfuerzan. El resultado neto es que van a estar en la clase baja permanente por generaciones. Ya que tienen problemas para deletrear simples palabras o de aritmética elemental, y que no tienen ninguna intención de desarrollar competencias laborales apropiadas. Al tener sus necesidades físicas atendidas por el estado del bienestar, como si fueran ganado para faena, los de clase baja, se quedan con "una vida vacía de sentido", como dice Dalrymple, ya que ni siquiera pueden tener orgullo de proporcionarse su propia comida y vivienda, como generaciones anteriores a ellos lo hicieron. Peor aún, se quedan sin sentido de la responsabilidad con una sociedad libre de juicios en el mundo, y que no cuestiona su comportamiento.